Su infancia y adolescencia trascurrieron en Córdoba trabajando como pescadero, mientras soñaba en ser actor, aunque su padre quisiera que fuera torero. En su habitación tenía un cartel que no le dejaba olvidar su gran pasión: «Soy actor aunque no trabaje«. Finalmente se trasladó a Madrid y allí entró en la es Escuela de Arte Dramático de Cristina Rota donde conoció a Alberto San Juan que le abrió las puertas de la compañía Animalario. En ella pudo conocer a otras grandes actores como Ernesto Alterio, Andrés Lima y Guillermo Toledo. El año 2003 fue el gran año de Fernando, por un lado David Serrano, le ofreció un papel en la película Días de fútbol (2003), con el que obtuvo el Premio Goya al Mejor actor revelación. Por otro, Fernando se hacía famoso en la pequeña pantalla, con su papel como Emilio, el portero de la loca comunidad de vecinos de la serie Aquí no hay quien viva. A partir de estas dos interpretaciones, su presencia en las pelíoculas españolas fue subiendo, llegando a protagonizar El penalti más largo del mundo y Va a ser que nadie es perfecto. En ésta última compartió cartel con Santi Millán y José Luis García Pérez.

Sin dejar nunca de lado el mundo de la televisión, en 2007, protagonizó la serie Gominolas, en la que interpretaba a Benja, que en los 80 fue el líder del grupo infantil Gominolas. Es un gran amante de los animales. Se considera demasiado sensible, ya que sufre por todo.